sábado, 19 de noviembre de 2016

Madrid surfea por una noche

El pasado miércoles 16 por la noche, la abarrotada sala del Teatro Barceló, esperaba a que los californianos Allah-Las hiciera acto de presencia. A pesar de habernos enviado un cambio de horario los de Ticketea, la puntualidad no fue lo suyo. Sobre las 21:40, salieron al escenario y empezó un concierto corto y en esencia tranquilo.

Allah-Las es una banda que tiene tanto canciones instrumentales como cantadas, y eso puede que fuese uno de los hándicaps de la velada, es cierto que el último disco es más pausado que los anteriores y no nos engañemos no es una banda punk, pero si es una banda para bailar, aunque es muy agradecida para escuchar en casa o en el trabajo mientras haces otras cosas. 
La gente sobretodo los que estaban más cerca de la barra de atrás, quería ritmo, bailar y reventar la sala para celebrar por todo lo alto el último concierto de la gira europea.
Pero se hizo esperar, a pesar de tocar uno de sus grandes himnos (Had it all) del pasado disco Worship the sun a la segunda de cambio, el concierto no acababa de arrancar. La gente estaba fría, les miraba pero no interactuaban, no había química entre ellos y el público y eso provocó que cierta parte del público hablase. Algo bien molesto la verdad, desde atrás no se oía muy bien cuando ellos hablaban y menos si desde atrás solo se escuchaba un perpetuo murmullo. La verdad nunca lo entenderé…

Aún así, fueron pillando el ritmo al ir entregando al público las canciones más movidas y más conocidas de su repertorio. Los problemillas que tuvieron en un par de canciones los fueron acercando poco a poco al público, así como comprobar que son un grupo bastante versátil, donde algunas canciones son cantadas por el baterista (que de tanto en tanto se ponía un gorro de lana en la cabeza, con el calor que allí hacía, la verdad es que son ganas) o el intercambio de instrumentos entre todos, menos el de los teclados.

Al final del concierto cuando tocaron Catamaran, hubo un estallido de locura cuando gran parte de las primeras filas se subieron al escenario para bailar mientras ellos tocaban. Al principio era unos pocos chavales, pero de repente aquello perdió toda proporción y empezaron a subirse todo hijo de vecino, para desesperación de los de seguridad. El grupo no pareció molestarse en ningún momento, ellos siguieron a lo suyo, pero cuando un grupo de chavales te da palmaditas en la espalda mientras tocas o se hace un selfie pues como que es un poquito molesto, creo yo. Al final, los de seguridad bajaron a unos cuantos, pero dejaron sobre el escenario a unos pocos para dar color al colofón final de la noche. 

No, nos lo podíamos creer, ni una hora habían tocado y ya se querían ir, ni de coña. Volvieron a salir y tocaron unas cuantas entre ellas la adictiva Every Girl, con la que cerraron el concierto. Se despidieron a lo grande, con la gente entregada al fin a su causa y agradeciendo a toda Europa por la gran gira que el miércoles despedían en la sala madrileña.

Personalmente, me gustó el concierto, pero hubiese preferido que hubiese sido al aire libre y en verano para no cargar con el abrigo y la bufanda, pero una de las muchas cosas buenas que tienen estos chavales, es que su música te traslada a esas adoradas época veraniegas.




domingo, 6 de noviembre de 2016

Capricho de Santiago

Anoche, Novedades Carminha lo petaron en Oviedo en una doble sesión demoledora e incendiaria, en una noche lluviosa y fría de noviembre.

Tenía muchas ganas de verlos, tras haberlos escuchado en algunos directos en radio 3, y la verdad es que no defraudan nada. Tuvieron sold out en los dos pases que ofrecieron y aunque la sala no es muy grande, eso no importa cuando las entradas volaron para ambos conciertos.

Sobre las 22:35 la banda subió de nuevo al escenario para empezar el segundo pase. Comenzaron si no recuerdo mal con Que dios reparta fuerte, y vaya si repartieron, entre un público bastante joven que no perdonaba ningún pogo, jaleado en un par de ocasiones por el propio Carlangas que se bajó del escenario para animar aún más el cotarro. 

Encadenaban canciones como si un tiovivo de diversión se tratara, al más puro estilo punk. Todos bailábamos y sudábamos, hacía muchísimo calor ahí abajo, pero mereció la pena cada minuto en esa sauna. Son uno de los mejores directos del panorama actual. 

Sobretodo tocaron canciones de su último álbum Campeones del mundo, pero sin olvidar Juventud infinita, Jódete y baila e incluso como colofón final versionaron Demolición de Los Saicos.

No fue un concierto largo, pero sí que fue rápido sudoroso y divertido. Los chavales se entregan a la causa, bailando y sudando como los que más. Me encantó su rollo desenfadado, como el del teclista que tocaba con la mano derecha mientras que en la izquierda aguantaba su copa, o el punto Joe Strummer del bajista. 

En serio, si tienen la oportunidad de ir a verles, no se lo piensen mucho que las entradas vuelan.












martes, 1 de noviembre de 2016

Recuerdos de adolescencia

Ayer por la tarde fui al cine a ver el documental de Oasis y me encantó y aquí podríamos terminar la crítica y la entrada a este blog. Pero fue algo más, fue un viaje a mi adolescencia pura y dura, y creo que también lo fue para los allí presentes. Ya que la edad media rondaría los treinta y tantos. Todos conocimos a la banda siendo unos tiernos adolescentes de una ciudad mediana del norte de España y aquella banda nos voló la cabeza.

Recuerdo que en octubre del 1998 tocaron en Madrid, y yo les pedí permiso a mis padres para ir, y para mi sorpresa me dijeron que sí. Contaba con la ventaja de que mis hermanas vivían allí. Fui la envidia de todo mi curso, todo el mundo sabía que había ido al concierto de Oasis.

Pero volviendo al documental, el director Mat Whitecross, muestra a través de vídeos, fotografías y las propias voces de los protagonistas la historia de este grupo que marcó un antes y un después en la música de mediados de los 90. Estos chicos "malos" de un barrio obrero de Manchester lo único que querían era ganar pasta para comprarle ropa bonita a su madre. 
Esa imagen de enfant terrible de la industria musical, se la ganaron a pulso como podemos ver en el documental, pero también podemos descubrir un punto de vista más cercano gracias a las palabras de su madre y las imágenes de su infancia.

El cartel promocional del documental muestra diferentes citas de periódicos y revistas especializadas sobre la grandeza de la cinta y como siempre me parecen exageradas, y por lo tanto no les di mucha importancia, pero en realidad estoy bastante de acuerdo con ellas. La película es muy entretenida, así que vayan corriendo a su cine más cercano por que si sois o fuisteis fans de la banda, no os la podéis perder.




sábado, 29 de octubre de 2016

Mañana cultural

Desde que me he mudado a Asturias he decidido los fines de semana hacer visitas culturales, uno para tener algo que hacer y dos para salir de mi confortable casa. La falta de amistades y la ausencia de coche me hace indispensable el uso de la tarjeta de la CTA (Consorcio de Transportes de Asturias), que me da mucha movilidad por las tres grandes ciudades del Principado, pareciendo más una gran ciudad.

Así que con esta premisa me levanté hoy y me fui a la estación de autobuses de Oviedo. Hacía una mañana espléndida, el cielo despejado y aire fresco para este último fin de semana de octubre. Llegué un poco pronto a la estación, pero bueno, todavía no tengo pillados los tiempos. 

Llegó el autobús y pusimos rumbo a Avilés, a medida que nos acercábamos, la niebla era cada vez más cerrada, así que me quité las gafas de sol, por inútiles.

Una vez en Avilés, fui caminando hasta el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, acababa más o menos de abrir sus puertas y aquello estaba prácticamente vacío. Fui hasta la taquilla y me compré la entrada para la exposición (3€).

La exposición de Masao Yamamoto Small things in silence, es una pequeña muestra de la obra fotográfica del autor amante de las cosas pequeñas. No solo las imágenes fotografiadas son pequeñas, también el soporte de las misma que hace que el espectador se acerque a las imágenes intentando reconocer en algunos casos lo fotografiado. Es una muestra muy interesante, la capacidad de Yamamoto de captar algunos momentos difíciles de ver por el ojo humano, hace que su obra sea curiosa. 

Me gustaron varias de sus fotografías, todas las relacionadas con el agua, pero especialmente esta que muestro a continuación.
 
Yamamoto pudo captar justo ese momento de paz del animal en el agua, una imagen muy tranquilizadora.

Y por último me gustaría mencionar un bloque de fotos que hay hacia el final de la exposición, son totalmente distintas a las anteriores, no solo en formato, si no también en que las imágenes son grandes y crean juegos visuales con piedras y lo que en algunas fotos me pareció raíces de árboles.
Me gustó mucho la exposición y realmente la recomiendo, hay tiempo de sobra, ya que termina el 8 de enero. 

Así que si os apetece sumergiros en estas pequeñas fotos, ya sabéis donde ir.

domingo, 16 de octubre de 2016

De vuelta

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí y también han pasado muchas cosas. La primera y puede que más importante es que me he mudado, ya no comparto piso y vivo sola en mi ciudad natal. Todo está siendo nuevo para mí, aunque sea la ciudad en la que crecí, muchas cosas han cambiado y una fundamental para mí en estos momentos es que no conozco a nadie en estas tierras con quien irme a tomar unas cañas o salir, pero bueno sé que eso me llevará su tiempo y poco a poco lo iré consiguiendo. 

El propósito de este post es recordad que me propuse este reto que pienso seguir manteniendo para recuperar mi fluidez en la escritura y la segunda idea es hablar de los sitios chulos, bares y exposiciones que vaya. 
Espero imponerme una rutina, para así salir de casa y no ser una ermitaña y de paso escribir sobre esas experiencias. Sinceramente espero cumplirlas.
De momento, ayer, ya di un paso para ello y me di una vuelta por mi ciudad de provincias cuyas calles estaban abarrotadas como si algo se regalase, y así era, una tarde soleada y fresca de otoño para pasear con la familia y con los amigos y ahí estaba yo observándolos mientras iba escuchando mi iPod y me cruzaba con muestras de nuestro folcklore por las calles.

Hasta la semana que viene, espero tener algo interesante que contar :)

domingo, 10 de julio de 2016

Festival de Cine Alemán Madrid

Llego bastante tarde para hacer una crónica de lo que vi y viví otro año más en una de las fechas más importante de mi calendario de ocio. Pero he tenido un fin de junio complicado con las muerte de mi ordenador. La solución no se demoró mucho en el tiempo, pero implicó la perdida de gran parte de mis cosas guardadas en el disco duro, los programas con los que trabajo. Intentar recuperarlos y a la vez seguir trabajando, vamos un lío morrocotudo.
Pero bueno, más vale tarde que nunca, intentaré acostumbrarme a hacer las crónicas como muy tarde dos días después de el hecho en sí.

Una vez explicado mi tardanza, me pongo con la crónica, que será breve, por el tiempo transcurrido más que nada.
Como hace unos cuantos años me suelo comprar el bono de tres películas y en esta ocasión en vez de comprarme la de la inauguración a parte, me compré la de la película muda.

La primera película que fui a ver fue: Fukushima, mom amour 
El día anterior había inaugurado el festival con presencia de la directora. Tocaba la sala grande y la estaba bastante llena para ser las 19:30 de un miércoles de junio. 
Me encantó, no me extraña que ganara el premio del público (al cuál se me olvidó votar :()
La película cuenta la historia de una chica alemana que se va a Fukushima como payaso para dar una nota de alegría a un lugar devastado no solo por el tsunami sino también por el desastre de la central nuclear. Allí se encuentra a una población mayor a la que no entiende y a la que parece que no tiene nada que enseñar, mientras ella está huyendo de su vida en Alemania, de sus errores de sus propios fantasmas. 
Fukushima, mom amour es una película de dos mujeres que se ayudan a luchar contra sus propios fantasmas a la vez que aprenden a entenderse dos culturas muy diferentes.
Ojalá encuentre distribuidor en España, por que es una de las películas de este 2016.

Al día siguiente, jueves 9 de junio, fui con mi amiga Lucía a ver He vuelto. Basada en el exitoso libro llamado de la misma manera. 
Película muy divertida y muy irreverente. 
Habla de que Hitler ha vuelto a 2014, creo que es, y su adaptación al mundo actual. Claro que al principio está totalmente desubicado y genera situaciones muy cómicas. La película trata de mostrar con la vuelta de uno de los seres más terribles del pasado siglo, como nuestros fantasmas ideológicos pueden volver y volver si no podemos medios para evitarlo. Todo desde un punto de vista cómico y paródico, pero con un trasfondo serio y terrorífico. Película recomendable para aquellas personas que entiendan que el humor se puede reír de todo, pero no de forma burlona, si no que nos muestran una realidad de forma distinta.

La tercera película que vi fue: Yo y Kaminski
Dirigida por el mismo director de Good Bye, Lennin, Wolfgang Becker, Yo y Kaminski narra la historia de un periodista bastante gilipollas, interpretado por Daniel Brühl, que quiere escribir la biografía del famoso pintor Kaminski. 
La verdad es que la película me pareció superflua y bastante floja, no llega arrancar en ningún momento, a pesar de que el principio es prometedor con la narración en plan NO-DO de quien es ese tal Kaminski que conoció a la flor y nata de la vanguardia pictórica.
Lo único que me gustó de la película fue transiciones que hacía de foto fija a cuadro y viceversa, a parte de los preciosos títulos de crédito. Donde hacía el mismo juego con cuadros famosos. Técnicamente impecables

Y ya por último, el sábado 11 de junio, la joya de la corona; Las tres luces de Fritz Lang con música en directo de la mano del Dj francés Rapaël Marionneau.
Vaya peliculón pudimos disfrutar. La sala grande estaba repleta.
Las tres luces cuenta la historia de una chica que pierde a su novio prematuramente y va al encuentro de la muerte para demostrarle que el amor es más fuerte que la muerte. Este le muestra tres historias para demostrarle lo contrario y en estas tres historias podemos ver la gran puesta en escena que realizó el director para cada una de ellas, donde se fijó en el más de los pequeños detalles para construir una historia entretenida. 
La primera historia tiene lugar en un país árabe, los carteles entre la escenas utilizan tipografías con tintes arabescos lo que hace que el espectador se involucre mucho más en lo que le están contando.
La segunda historia está ambientada en Venecia (con sus tipografías) y la tercera en China (con sus tipografías). Esta última es la mejor por los efectos especiales y por los tintes de comedia. 
Una vez contadas las tres historias la muerte da una oportunidad a la chica para que encuentre a alguien en el pueblo que quiera morir y así intercambiar su vida por la de su novio.
Interesante película que habla de los temas fundamentales que nos preocupan desde que el mundo es mundo. Imprescindible.

martes, 21 de junio de 2016

Primavera Sound

(Tercera tanda)

Ya estamos en la tercera jornada de este gran festival, ya estamos cerca de terminar la crónica de lo que viví en mi primer y espero que no último, Primavera Sound. 

Igual que el día anterior quería llegar pronto para disfrutar del concierto de Joana Serrat y en esta ocasión lo conseguí, sin problemas. Así que llegué y me senté en las gradas del escenario Ray-Ban. Había hecho un día tormentoso, con la amenaza de lluvia todo el rato, pero como mucho cayeron cuatro gotas. A pesar de ese ambiente cargado, en el concierto de Joana, lucía el sol y los allí presentes (muchos padres con sus hijos y sus enormes cascos), pudimos disfrutar de un gran concierto, a ratos tranqui y a ratos más movido para comenzar la última jornada con ganas de darlo todo. Y así fue, tras el concierto de Joana Serrat, me fui a ver a Wild Nothing en el escenario Heineken, en la otra punta del festival. ¡Increíble ya había gente cogiendo sitio para una de las atracciones de la tarde-noche, Brian Wilson y su Pet Sounds! Pero bueno, no adelantemos acontecimientos. Todavía son las 18:00 de la tarde. La verdad es que Wild Nothing no estuvieron mal, son un grupo más de pop inglés, no me dejaron especial huella, la verdad. Por lo que les siguieron después, sí que lo hicieron. Y esos fueron Manel.

He de decir que me gustan mucho estos chicos, pero en disco son mucho más tranquilos que en directo, donde dan una caña que no me esperaba la verdad. En el escenario H&M, puede que estuviesemos todos los no extranjeros del festival. Empezaron fuerte y tocaron tanto temas de su último album como grandes clásicos y todos coreamos. Reconozco que en algunas no coree, por que todavía no me sé todas las letras a pies juntillas. Pero el concierto de Manel fue una fiesta que no me esperaba y que me encantó.

Tras el subidón de Manel, decidí sentarme y descansar un pelín mientras veía en la distancia y a través de las pantallas el concierto de Brian Wilson. No iba a ver mucho, quería hacer tiempor para ir a ver a mi adorado Richard Hawley.  Si no recuerdo mal, Wilson incluso empezó antes de tiempo y lo hizo con un clásico no solo de los Beach Boys, sino del pop en general Wouldn't It Be Nice. La gente empezó a llegar saltando y corriendo por el momento histórico que se estaban perdiendo. Tras lo cual, lo que no somos demasiado conocedores de las gracias de ese disco icónoco del pop, nos fuimos hacia otros derroteros. Eso, sí, a lo tonto yo ya es la segunda vez que le veo. Hace años en un FIB, tocando su disco Smile, entonces sí que me quedé.

Pero volvamos a lo que nos toca, mientras dejaba a mi espalda a Brian Wilson y a su banda, aunque parecía una orquesta en plan big band, me dirijí hacia el escenario Ray-Ban. Todavía no había mucha gente, lo cual me vino de perlas para acercarme a las primeras filas y desde allí pod disfrutar de uno de mis imprescindibles en esta edición. Su concierto fue corto, pero intenso, no se anduvo con chiquitas y tocó tanto canciones de su último disco, como Which Way como clasicazos de toda la vida como Tonight the Streets Are Ours. Ni siquera hizo su clásica broma a la hora de presentar a la banda, eso sí, tuvo un percance en la última canción There's a Storm Comin', él empezó a cantar me no oía el piano, he hizo la broma que bueno, ha sido un placer, adios. Y mietras arreglablan el tema del sonido, se volvió a despedir intentando repetir palabra por palabra, lo cual no consiguió cien por cien. Pero, dio, igual, como siempre hizo un gran concierto y tanto si eres una incondicional como yo, como si era el descubrimiento de la noche, su voz, sus canciones y su arte en el escenario te habrán conquistado para siempre. Toque curioso, como comenté antes, hacía un día tormentoso y mientras Richard cantaba a esa posible tormenta acercándose, yo pensaba, no por favor, que no llueva que no me he cogido el chubasquero.

Al final la tormenta anunciada por Richard, no llegó, y salí del concierto con una sonrisa de oreja a oreja tras volverle a ver en directo, siempre es un placer escuharle. Mientras iba saboreando el concierto, me dirijí de nuevo sl escenario H&M para ver a Deerhunter. Tenía muchas ganas de verlos, ya que uno de sus discos me encanta. Así que me fui metiendo entre la gente para pillar un sitio medio decente, no me fui difícil encontrar uno y allí me quedé. Reconozco que los momentos en los que más disfruté fue cuando tocaron las canciones que conozco, pero también disfruté las que no. Me gustaron, eso sí, ¿el cantante come?, porque madre mía que delgado es y con ese sombrero enorme, parecía todavía más delgado.

Pero como bien dijo el cantante de Deerhunter, era sábado noche y había que difrutarla como si no hubiera mañana y que mejor que hacerlo con el plato fuerte de la noche que era PJ Harvey. Hacía bochorno, había intentado caer alhgunas gotas en el concierto anterior, me no fue a más. Cosa que agradecí por que hubiera sido un coñazo si hubiese llovido, no solo por que te mojas, si no también que en donde me hubiera sentado a descansar. Pero el bochorno del mediterráneo como luego comprobé no me sienta nada bien. PJ Harwey tocaba en el escenario Heineken y en esta ocasión estaba más cerca que en el concierto de Radiohead, pero no super cerca. Veía el escenario perfectamente y las pantallas, había gente a mi alrededor, pero no agobiante. Y el concierto empezó, puntual y solemne. Salieron los músico tocando tambores, trompetas y otros isntrumentos de viento. Todos vestidos de negro, todos hombre menos PJ, ubicada justo en el centro tocando como uno más. Al rato se dirijió al micro y comezó a cantar. Con unestilismo extraño y unos pseudo bailes, PJ Harwey nos conquistó. Presentaba su último y combativo disco y nos noqueó, tanto que con el calor prácticamente me desmayé. Me dio una bajada de azúcar y por mi sana costumbre dr llevar siempre un caramelo encima, me lo tomė antes de desmayarme en mitad del gentío, eso sí, cuando empecé a salir de allí, perdí un poco la visón y los allí presentes fueron muy amables, me abanicaron, me dieron agua, mientras yo me reponía del susto sentada en el suelo. No fue una experiencia agradable, pero he de decir que los desconocidos que me ayudaron fueron muy amables y ya recuperada se lo agradecī y desde aquí sigo haciéndolo. Gracias. Tras el susto todavīa quedaba concierto que disfruté mucho más si cabe que antes del desmayo. Conciertazo, con y sin desmayo.

Tras lo cual, una vez terminado y sin ningún concierto en concreto a la vista, decidí que lo más sensato era ir a cenar y mientras cenaba escuchaba el concierto de Sigur Rós, de los cuales no soy muy fan por que me aburren un poco, no les he pillado el punto. Para tenerlos de fondo mientras cenaba, pues muy bien, es un puntazo, pero tras la cena, fui a mirar y no me motivaron nada, aunque el espectáculo en el escenario con su toque épico tenía buena pinta.

Tenía un poco de tiempo muerto hasta el concierto de Julia Holter, de la cual tampoco soy muy fan, por que no la conozco mucho, pero las canciones que había escuchado de ella, me habían molado lo suficiente como para acercarme a su concierto. Cuando llegué acababa de empezar, mi primera intención fue verlo de pie, pero su música es bastante tranqui, lo cual el cuerpo me pedía sentarme. Cosa bastante complicada en las gradas, así al suelo volví. En general me gustó el concierto, pero para esas horas de la noche en un festival, lo veía demasiado tranquilo. Pero no hay mal que por bien no venga, por que descansé, de mi noche movidita y me abrigué.

Finalizado el concierto de Julia Holter comenzaba en el escenario Heineken, Moderat, de los cuales no tengo ninguna referencia, pero he leído que el concierto estuvo brutal y por otro lado, en el escenario Primavera tocaba Ty Segall and The Muggers, concierto al que fui. No es que se muy fan de este hombre, pero las cosas que he visto y he escuhado me molaron lo suficiente como para decantarme por esta opción y no me arrepiento para nada. Su concierto fue una locura, había claramente dos públicos, los incodicionales que hacían pogo y se subian a sus manos para 'surfear' entre las primeras filas y lo que incondicionales o no, estabamos prudentemente alejados del mogollón. Hay que tener en cuenta que el escenario Primavera no es muy grande, así, todo era a pequeña escala. Todo el concierto fue potente y movido, el cantante se tiraba al público una y otra vez, gritaba, saltaba, se ponía la máscara para cantar y hacer el canelo de forma continua. Tanto fue asī que hubo un momento que pidió a los de seguridad que le dieran el micro a uno de los de la primera fila y ahí fue donde comenzó la parte más bizarra del concierto, pero también una de las más divertidas. El chico cogió el micro y continuó como si fuera el mismísimo Ty, el cual había abandonado momentaneamente el escenario. Cuando volvió, le dijo al chaval que se subiese él al escenario y Ty se quedaba abajo como un espectador más. Y dicho y hecho, el chaval casi de un brico subió al escenario, pidió la máscara de Ty y siguió gritando, tirándose por el suelo e interactuando con el resto de los músico, los cuales estaba flipando un poco, la verdad. También fue un puntazo ver a Ty Segall en primera fila haciendo de fan con ese mono azul de obrero.

La verdad es que se me hizo un poco largo esto, por que Ty Segall se reunió con el fan en el escenario y siguieron durante un rato más alargando el asunto. Lo cual se comió gran parte del concierto. Pero el momentazo que todos vivimos y sobretodo el chaval, está claro que es uno de los grandes momentos del festival. Al final como todo, el concierto lleguó a su fin, pero tras la insistencia del público, tocaron un tema más y salimos del escenario Primavera sabiendo que Ty Segall es un grande.

Eran prácticamente las tres de la mañana y no quería irme sin dar una última vuelta para despedirme, sabiendo que había escenarios y parte del recinto al cual no había entrado en los tres días. Así que me fui hacia el escenario Pitchfork a ver que se cocía, ya que los escenarios Heineken y H&M, ya habían bajado el telón por esta edición. En el Pitchfork me encontré a Roosevelt con su bailonga música y allí bailé mis últimos pasos festivaleros.

Como cierre solo quiero comentar que me sorprende que la pulsera no me diese acceso a todos los escenarios. Al Auditori podía asistir haciendo cola hasta completar aforo, ya que el grueso de las entradas se adquirian si te habīas comprado una versión VIP de la entrada, mientras que en el escenario Heineken Hidden Stage, tenías que ir a las 16:00 de la tarde para pillar la entrada para ese escenario y llegado el momento, hacer cola para entrar. Sinceramente no me parece ni justo ni cómodo, porque no he visto grupos que quería ver por que el hecho de hacer cola me impedia de disfrutar de otros conciertos, como me pasó con Suede. En el caso del Hidden Stage, me quitó bastante las ganas de intentarlo, no solo el hecho de intentar pillar las entradas a las 16:00 de la tarde, sino que el día anterior había visto una cola enorme para entrar, mientras podías estar disfrutando o descubriendo cualquiera de los grupos del cartel.

Por lo demás no tengo queja alguna, me ha encantado asistir al Primavera Sound, espero repetir.

sábado, 18 de junio de 2016

Pimavera Sound 2016

(Segunda tanda)

El viernes me levanté descansada tras casi siete horas durmiendo y ya con vistas a la gran noche que me esperaba, esa noche tocaría Radiohead. La última vez que los había visto había sido en el 2011 en el BBKlive de Bilbao. Y la verdad, no tengo mucho recuerdo de ese concierto.

Pero, antes de hablar del plato fuerte de la noche. Comentaré mis experiencias en los conciertos de esa tarde. Llegué al festival a eso de las seis de la tarde, me hubieses gustado llegar antes, pero se me pegaron un pelín las sábanas en la siesta. Pero lo importante, es que vi, el final de White Fence y sobretodo me vi todo el concierto de Ben Watt Band, que era una de las atracciones que no me quería perder de la jornada del viernes. La verdad es que fue un concierto tranquilo, de los que es mejor ver sentada, cosa que no hice y mi espalda me reprochó durante el resto de la jornada. Pero problemas de espalda a parte, estuvo muy bien el concierto con un gran sonido y un buen ambiente entre los allí presentes. Fue el típico concierto del que sales con un gran sabor de boca, sabiendo que has visto un gran concierto sin grandes aspavientos, pero con grandes canciones y muy buenos músicos.

Del escenario Ray-Ban me fui dando un paseo hasta los escenarios Pitchfork y Adidas Originals para ver que se cocía y a parte de un viento bastante fresquete por allí estaban Moses Summey y Alex G. Mientras esperaba a que empezase Steve Gunn, me quedé por la zona sentada en las escaleras disfrutando del concierto de Alex G. Cuando empezó Steve Gunn me uní a los allí congregados, pero ese escenario se oía un poco mal, no sé si el estar tan abierto al mar puede tener algo que ver. Así que como no oía mucho y empezaba a quedarme congelada me fui hasta el escenario H&M pasando por la zona de comidas, ya que el hambre empezaba ha apretar. Cuando llegué al escenario H&M, la gente iba posicionándose para ver a Beirut. La parte delantera estaba prácticamente vacía, así que allí me metí, para cenar y disfrutar vía pantallas del concierto de Savages que se estaba desarrollando a mis espaldas. Y, aunque, no lo viví de primera mano, fue un concierto muy potente, con la cantante subida en las manos de las primeras filas. La primera vez que con ciertas dificultades, pero ya la segunda, indicó a los que le iban a coger cómo hacerlo, y claro la cosa mejoró considerablemente. ¡Qué energía dejaron sobre el escario y a los allí presentes, aunque fuese en la distancia!

Para calmar un poco la cosa, en el escenario de enfrente comenzaría el concierto de un grupo más pausado que Savages, pero no por ello aburrido, Beirut. Los americanos, subieron al escenario recordando su primer y accidentado paso por el festival, tras lo cual comenzaron su delicioso concierto. Tenía muchas ganas de verlos otra vez, ya que la vez anterior en el FIB tocaban casi a la vez que los Arctic Monkeys, y me fui a ver a los monos árticos que tanto me gustan. Pero en todos estos años, tenía una espinita clavada por el hecho de haberme perdido el concierto de Beirut, que me dijeron que había estado genial. Así que con esto en mente, me quedé allí disfrutando del concierto hasta el final, de sus trompetas balcánicas de los primeros discos, de su paso por la chanson française e incluso de sus coqueteos con el jazz. Como he dicho antes fue un concierto delicioso, atardeciendo y bailando como si en una fiesta de pueblo nos encontrásemos. Tan buenrollero fue el ambiente que cuando me tiraron una cerveza por encima, no pasó nada, no hubo malas caras, solo pidió perdón y me secó un poco. Fue bastante amable el chico, se sentía fatal.

Tras Beirut, le tocaba el turno al plato fuerte de la noche. Había muchísima gente, gente que salía del escenario H&M, gente que quería aprovechar para ir al baño con una colas de escándalo, gente haciendo cola en los bares, vamos que ante tanto gentío, decidí encontrar un sitio más a menos bueno para disfrutar de Radiohead. Prefería más cerca de donde lo encontré, pero era imposible avanzar un poco más. Y desde hace tiempo, prefiero estar cómoda y ver el escenario y como complemento las pantallas, que ver el escenario perfectamente y morir aplastada. Así que me quedé donde estaba, lo único malo es que justo delante de mi había un tío muy alto. Pero se fue en la segunda canción ya que le pareció aburrido, después de eso ya pude disfrutar del concierto tranquilamente, ya que estaba justo enfrente del escenario, veía a un minúsculo Thom Yorke, pero lo veía y encima el sonido era brutal, limpio, perfecto. Puede que al grupo que tenía delante, alto incluido, les pareciese un rollo las dos nuevas canciones, pero personalmente, creo que fue una primera toma de contacto entre la banda y el público, como si nos dijesen hemos vuelto y ahora vamos a disfrutar todos y toma si lo disfrutamos.
Una de las cosas que me sorprendió del concierto es que la gente que allí estábamos es por que queríamos estar, queríamos disfrutar y ver en directo al grupo que es Radiohead. Lo digo, porque, como he dicho antes yo estaba un poco lejos, y me temía que en ese lugar la gente estuviera hablando y no pudiera disfrutar del concierto como si estuviera en las primeras filas, pero no, la gente no hablaba, incluso mandaba callar, para que en las canciones más delicadas de la banda nos inundase a todos por igual. 
Uno de mis momentos favoritos, fue cuando las 50 000 personas que allí estábamos (lo leí luego en un periódico) coreamos el estribillo de Karma Police, es recordarlo y se me pone la piel de gallina. Glorioso. Y ya como colofón final, cuando ya habían terminado el concierto y por sorpresa, ya que muchos nos habíamos movido, van y tocan la canción que les hizo famosos y que nunca tocan, Creep. Nos pilló por sorpresa y la disfrutamos como si fuese un tesoro, que lo es. Fue un concierto enorme, que recordaré siempre que cierre los ojos y escuche sus canciones. 

Dentro del festival, fue un concierto especial, no solo por ser Radiohead, sino por que no compartía similitudes con el resto. La más evidente la duración del mismo, fue un concierto de Radiohead, dentro de un festival. No un concierto de festival normal y corriente que suelen ser más cortos. Otra diferencia era el tratamiento de las imágenes y de las pantallas. En estas normalmente veíamos lo que pasaba en el escenario, en esta ocasión se veía lo mismo que en las pantallas que tenía la banda encima de sus cabezas. Insisto, fue un conciertazo difícil de olvidar.

Tras el subidón, había que seguir disfrutando del festival y me puse en camino hacia el escenario Ray-Ban donde iban a tocar otros grandes Animal Collective, lo malo es que me coincidían con The Last Shadow Puppets compuesto por mis admirados Alex Turner y Miles Kane. Tomé la decisión de ver primero a los de Baltimore y el final de los ingleses para ya quedarme por aquella zona para ver a Beach House.
Vi poco de Animal Collective y me arrepiento bastante, por que me estaban gustando tanto como la primera vez que los vi y que los descubrí hace años en un FIB, pero me fui. Cuando llegué a The Last Shadow Puppets no se podía pasar a las primeras filas, así que me fui metiendo por el lateral hasta coger un sitio decente y lo que vi me aburrió soberanamente, eran dos colegas haciendo el moñas en un escenario delante de muchísima gente. He leído que fue uno de los grandes conciertos de la noche, puede que lo que yo no vi fuese la leche, pero lo que yo vi fue un bodrio, pero allí me quedé, ya no me daba tiempo a volver a Animal Collective. Eso, sí, dieron su espectáculo, en un momento parecía que se iban a dar un pico o cuando Miles Kane parecía que se estaba follando a su guitarra. Está claro, que otra oportunidad les voy a dar, pero no parten muy bien.

A esas horas de la noche estaba derrotada, ya eran las dos de la madrugada y volví al escenario Heineken para ver a Beach House, a los cuales les tenía muchas ganas, pero empezaron media hora tarde (único concierto de los que yo asistí, que empezó tarde). Así que decidí no verlos de pie, me fui a un lateral y allí esperé a que empezasen y allí me quedé durante todo el concierto. Como dije, en el concierto de Ben Watt Band, Beach House es un concierto para ver sentadito a pesar de los toque electrónicos que tienen. En general su música es tranquila. 
Mi espalda me mataba, eso no me impidió disfrutar muchísimo de su concierto, los veía perfectamente por la pantalla, a ratos incluso veía el escenario, ya que el público estaba en una hondonada y yo me encontraba en la parte alta. 

Durante el concierto de Beach House, mucha gente comenzó a irse hasta el día siguiente y aún así seguía habiendo mucha gente en el Parc del Fórum. Cuando terminó, me puse en marcha para salir por la puerta principal y de paso ver que se cocía en el resto de los escenarios que me iba encontrando por el camino. Y flipé cuando pasé por el de Ray-Ban, madre mía, cuantísima gente había allí. Las gradas a rebosar, no entraba ni alma más y en la ladera de al lado con los cuatro hierbajos secos, tampoco quedaba sitio. No me hubiese importado quedarme un ratito más, si hubieses encontrado sitio, pero como no fue así, me dirigí a la puerta como otra mucha gente. La salida parecía un hormiguero, mucha gente se iba, pero todavía queda muchísima otra gente. Y lo que más me sorprendió es que en ningún momento tuve sensación de agobio como he vivido en otros festivales.


miércoles, 15 de junio de 2016

Primavera Sound 2016

Sé que hace semanas que no escribo nada esta humilde bitácora, pero es que no he encontrado nada placentero en estas semanas que mereciese la pena ser comentado. Pero todo ha cambiado con el comienzo del mes de junio, pero vamos por partes.

En mi pasado cumpleaños mis hermanas me hicieron un regalazo (el abono para el Primavera Sound 2016). Me quedé anonadada, se salía del presupuesto que nos solemos marcar por todos los lados, me quedé en shock y he de decir que ha sido uno de los mejores regalos que me han hecho nunca y mira que me han hecho bueno regalos.

Siempre quise ir al Primavera, pero nunca había podido y este año por fin se conjuraron los dioses y tuve la oportunidad de disfrutar de uno de los mejores festivales de España. Si nunca habéis ido, ya estáis tardando y segundo es un festival distinto a todos a los que yo he ido. Primero es urbano, es gigante y suele tener un cartelazo de propuestas actuales, conocidas o no tanto, y de propuestas revival.

Jueves 2 de junio, mi primer día en el festival, recién llegada desde Madrid con mis ocho horas de bus a cuestas, llegué a un festival totalmente nuevo para mí. Cambié mi entrada por la pulsera y la tarjeta, cosa que me llamó mucho la atención y por fin entré en el Parc del Forum, con mi programa en la mano, no paraba de mirar los horarios y el plano para ubicarme y decir que ir a ver en el mundo de posibilidades se que me abría ante mí. Mientras me ubicaba, me paré ante el escenario Ray-Ban unplugged que se desenchufado tenía más bien poco, con las gafas de sol puestas y en contraluz el escenario no veía nada, pero los White Reaper que tocaban fueron ayudándome en mis primeras decisiones dentro del festival. 

Ese mismo día, en un horario un poco pronto para mi gusto tocaba Suede (19:30-20:30), en un escenario que no tenía muy claro como funcionaba. ¿Mi pulsera me daba acceso? ¿Tenía que hacer cola? ¿Tenía que salir del festival? Muchas dudas para comprobar que venían a presentar su último disco, que la verdad he escuchado muy poco. Llegando a la conclusión que si quería ver a The James Hunter Six en la otra punta del festival, sin tener aclaradas esas dudas y teniendo en cuenta que ya les había visto en el pasado Dcode, tomé la decisión de dejarles pasar en esta ocasión y centrarme en grupos no vistos, por lo menos en esta jornada. Así que, me fui al escenario H&M, alucinando con las dimensiones del festival.

Por fin, llegó el turno de The James Hunter Six, sabía más o menos que estilo tocaban, pero me sorprendió que fuesen tan animados, fue un buen comienzo moviendo el esqueleto. Para continuar con Daughter mientras cenaba y descansaba mi problemática espalda. Tras disfrutar tanto de la cena como del grupo, puse rumbo a explorar otros escenarios como el Ray-Ban, en donde tocaban Destroyer y de ahí al Primavera para ver a Suuns. En ambos casos me dejaron un poco descolocada, en algunas canciones me aburrían soberanamente y en otras lograban captarme e incluso me hacían bailar.

Tras de Suuns seguí mi ruta de descubrimiento y recalé en la parte del festival más cercana al agua y las más fría también. Allí en el escenario Pitchfork, que estaba a rebosar, vi un ratito de Vince Staples y aunque su música no es muy de mi estilo quedé alucinada con los brincos que daba el muchacho, madre mía que altura cogía y parecía que no se cansaba, ya que a la vez cantaba. ¡Qué energía!

Tras este paseo descubriendo el festival, volví al escenario H&M, es decir la otra punta del festival, para ir a disfrutar de uno de los grupos que más me gustan a día de hoy, Tame Impala. Salieron puntuales los australianos con ese punto hippie que gastan, el cantante descalzo y atusandose el pelo, para que no se le moviese su estética hippie. 
Comenzaron un poco fríos, cosa que intentaron paliar lanzando confeti demasiado pronto. Es un efecto chulo, pero me causa más impresión cuando estás más metido en el concierto y se produce esa explosión de de júbilo convertida en papelitos de colores. Pero bueno, fue un recurso bastante recurrente en su puesta en escena. Poco a poco me fui metiendo en el concierto y fueron tocando esas canciones por las que tan conocidos se hicieron hace un par de años, si no me equivoco. Los pobres tuvieron un problema técnico en una de las canciones y de repente dejaron de sonar, pensando que el concierto había terminado, muchos, entre los que me encuentro no marchamos hacia otros conciertos. Menos mal, en mi caso, que no marchaba lejos, ya que me iba al escenario de enfrente a coger sitio para ver a otros grandes de la noche LCD Soundsystem. Una vez allí, volvieron a salir y mucho público retornó a su sitio, pero como había pantallas en este nuevo escenario en dónde veía el concierto que se estaba produciendo a mis espaldas, allí me quedé disfrutando de las últimas canciones de Tame Impala, pudiendo terminar la abruptamente la canción interrumpida y lanzando como colofón final más confeti.

Ya era la una de la madrugada y ante el escenario Heineken nos encontrábamos bastante gente esperando a que empezase la fiesta de los neoyorquinos. Yo estaba deseosa de verlos, ya que los descubrí una vez separados, lo cual me dio mucha rabia en su momento. 
Me encantó su puesta en escena, muy original la idea de poner cámaras de forma cenital para ver la distribución del espacio de los músicos y sus instrumentos. La realización jugaba con las imágenes habituales y con estas nuevas cámaras dando una dimensión más molona al concierto y su retransmisión. Con la aparición de James Murphy en el escenario comenzó la fiesta en la que fueron desgranando sus canciones de sobra conocidas por los allí presentes, que fuimos bailando hasta soltar todos nuestros músculos. 
Conciertazo, uno de los grandes del festival. En mi caso salí del concierto con una sonrisa de oreja a oreja, no estaba cansada estaba encantada por haber visto por fin a ese grupo que me hace bailar mientras les escucho en el trabajo.

Tras su finalización lo allí congresos en su mayoría pusimos rumbo hacia el escenario Ray-Ban, como una manada de fans algo cansados, ya que eran las tres de la mañana, pero aún quedaba otro de los grandes nombres de la noche, Battles. Cuando llegamos muchos el concierto ya estaba empezado, pero no importaba estábamos dispuestos a seguir el ritmo que habíamos comenzado con LCD Sounsystem. Era la noche neoyorquina en el Primavera, tras una breve presentación en el que comentaron el poco tiempo del que disponían, comenzaron a tocar uno de sus grandes himnos, al cuál nos lanzamos a él como el que está en pleno éxtasis. La plaza estaba llenándose y en las gradas no entraba ni un alfiler.
Después de Battles si que estaba derrotada y mi espalda mi insistía en que ya era hora de descansar tras llevar despierta casi 23 horas, así que me fui a descansar.



viernes, 18 de marzo de 2016

Descubriendo Madrid

He de reconocer que me encanta conocer gente nueva y gracias a mis amigas de la agencia cultural M+M y a la Cátedra de Arte y Cultura organizada entre la Universidad Autónoma de Aguascalientes y el Instituto de México en España, he podido conocer gente muy interesante dentro de un mundo en el que no me muevo habitualmente, pero que me interesa. Hablo de historiadores e historiadores del arte.
Y gracias a estos encuentros he tenido la gran suerte de poder disfrutar de una visita guiada por el centro de Madrid, descubriendo algunos tesoros escondidos del arte, en este caso eclesiástico.

Adrián Gerardo Rodríguez, el profesor que impartió este año la Cátedra, visitaba Madrid por primera vez y el Doctor en Historia del Arte, Manuel Viera de Miguel, se ofreció a hacerle una visita y yo me uní a esa gran oportunidad de descubrir rincones e iglesias que han pasado desapercibidas en mis casi 18 años viviendo en Madrid.

Dentro del recorrido que había marcado Manuel, hubo iglesias que no pudimos visitar por que estaban cerradas, pero en las que pudimos entrar, tanto Adrián como yo, pudimos disfrutar de las explicaciones de Manuel, sobre los artistas de las diferentes escuelas españolas relacionadas con la corte, el por qué de las características cúpulas madrileñas…

Y como es habitual, para el final dejamos lo mejor, la ermita de San Antonio de la Florida donde descansan los restos de Goya y donde se puede disfrutar gracias a un amplio horario de los frescos que este pintó en sus paredes. La ermita es bastante austera, pero en cuanto miras al techo, ya has perdido el sentido del tiempo y te dejas engullir por los mil detalles del fresco. 

Nota curiosa, tiene unos cuatro espejos para que no te desnuques observando, pero si he decir la verdad, yo solo los utilizaría para buscar algún detalle en concreto, ya que no estás viendo la pintura directamente con tus ojos y esa era la idea original, ¿no?

Así que yo recomiendo en la medida que podáis, descubrir la iglesia de San Antonio de los Alemanes, la iglesia del convento de Corpus Chriti (Las Carboneras), el jardín del Príncipe de Anglona, la capilla de San Isidro y la ermita de San Antonio de la Florida, a ser posible con alguna visita guiada en petit comité.


Fotos de la iglesia de San Antonio de los Alemanes.



Fotos de San Antonio de la Florida.





Cursos curiosos

Hoy en día ya se hacen cursos de casi cualquier cosa, te sirva en tu vida laboral o no, por puro conocimiento o entretenimiento. 

El pasado viernes mi amiga Laura nos invitó a tres personas más a un curso de tiraje de cerveza en el barrio de Lavapiés. A ella, le había tocado este curso por un concurso en el que participó a través de una revista de moda y tras algunas idas y venidas en cuanto a la gente que le podía acompañar y la duración del curso, pues nos adentramos en el apasionante mundo del tiraje de la cerveza. 

Claro, está, que el curso estaba organizado por Mahou y todo era requete moderno y chupiguay, chulo, pero falso. Ya que este curso es la tercera vez que se organiza, ya ha estado en la Latina y en Malasaña, no sé cuanto tiempo estará en Lavapiés, pero lo que sí sé, es que no estará para siempre.

El curso consiste en una barra con un grifo de cerveza y un instructor que te cuenta las bondades de la bebida y la gran diferencia entre la caña mal tirada y la bien tirada. Mientras catas la diferencia, te muestra/te enseña los pasos para tirar una buena caña, en qué te tienes que fijar mientras bebes esa caña y sobretodo que tenga crema y no espuma. Y tras la explicación, llega el turno de practicar lo aprendido. Una lástima que no tenga fotos del momento estelar.

La verdad es que fue una media hora muy entretenida, el chico, dicharachero, con un claro don de gentes, coqueteaba sin ser empalagoso, parecía que fuésemos amigos de toda la vida y nos estuviera enseñando su última habilidad. 

Sinceramente, recomiendo el curso, no sé, si cuesta o no, pero lo que está claro que es algo diferente a lo que suele hacer y luego te puedes echar el pisto en los bares o antes los colegas. Vamos, a priori no es algo muy útil, pero te echas unas risas con los amigos.

Os dejo el link por si os animáis http://www.mahoudrid.com/taller-tiraje/

martes, 1 de marzo de 2016

Fin de semana de arte y reflexión

En estos días estamos viendo de nuevo en las noticias un renacer de la crisis humanitaria de los refugiados sirios, en esta ocasión se trata de frontera griega con la macedonia. Momentos tensos y de desesperación por la manía que tenemos de poner barreras, cercar territorios en los que solo estamos de paso. Y esto me lleva a lo vivido y experimentado este fin de semana en la Casa Leibniz.

Durante este fin de semana de ARCO, Madrid ha vivido numerosas ferias y exposiciones de arte de lo más vario pintas, pero yo me quedo con mi experiencia en la Casa Leibniz. Este era su segundo año, montado en el Palacio de Santa Bárbara en Hortaleza y con entrada gratuita, todos los que nos pasamos por allí deberíamos haber cambiado aunque solo sea un poco nuestra perfección del mundo tras haber visto y asimilado las obras allí expuestas.

Todos los artistas expuestos nacidos entre 1975-1985 son jóvenes exponentes de arte español y de distinta manera, nos han ayudado a ver el mundo de otra forma. Personalmente las obras que a mí me marcaron fueron las de Julio Falagán, Rubén Martín de Lucas, Blanca Gracia, de la planta baja y de la alta, siento decir, que no recuerdo sus nombres, pero más abajo veréis unas fotografías con sus obras. La próxima vez seré más cuidadosa con estas cuestiones.

El primero, Julio Falagán, construye diferentes cielos a partir de cuadros comprados en mercadillos y los va cosiendo hasta formar su obra. Los resultados son cielos, diferentes, atrayentes y sumamente hermosos en los que perder la mirada en un horizonte imposible de limitar bajo ninguna frontera o bandera.

El segundo sigue por el mismo camino, su proyecto llamado Repúblicas mínimas, intenta concienciarnos a través de tres vídeos en los que vemos al autor habitar formas geométricas básicas (triángulo, cuadrado círculo) durante 24 horas en diferentes espacios como el mar, la arena o un campo. La obra es hipnótica y gracias a esa paz y tranquilidad que transmite nos ayuda a reflexionar y centrarnos en los importante del mensaje, ¿Por qué creamos fronteras? ¿Realmente nos creemos dueños de los espacios en los que vivimos? Estamos en la tierra por un tiempo limitado y aún así, nos creemos con derecho a delimitarlo como si fuésemos a durar eternamente.

Por último, Blanca Gracia crea dos dimensiones una el vídeo, con sus acuarelas, que narra la historia de la humanidad y otra, la montaña de colores que hay entre el espectador y el vídeo. Esta obra viene a reflexionar sobre el mismo punto, las fronteras, pero lo hace a través de nuestra historia de guerras y soldados, tan innecesarios casi como nosotros mismos.














viernes, 19 de febrero de 2016

Escribo esta entrada mientras escucho el mejor disco de los Black Keys (Brothers), según mi criterio, claro y tras enterarme de la muerte de Harper Lee, autora de Matar a un ruiseñor. 
Tenía pensado hablar de otro de mis grandes placeres, el cine y lo haré, pero tenía que comentar algo sobre esa gran película que es Matar a un ruiseñor.

Cuando la vi en la televisión recuerdo que me fascinó la historia, la niña y su hermano descubriendo el mundo de los mayores con la mirada de unos renacuajos. Esa voz de Scout  llamándole por su nombre de pila… y ese padre, el gran Atticus. El espectador, o por lo menos así lo sentí yo, se siente identificado con Scout. He de reconocer que no recuerdo muy bien la película, pero si recuerdo la sensación de haber visto una obra maestra del cine. Tendré que recuperarla, a ver si la ponen en la tele.

Volviendo al tema original de este post…

Las dos últimas semanas he visto la última película de Quentin Tarantino Los odiosos ocho y la última de Alejandro G. Iñárritu El renacido. Ambas ambientadas hacia 1800 en Estados Unidos, son películas totalmente opuestas, pero con ciertos puntos en común, como es la época en la que se desarrollan las historias, el frío y la nieve y que ambas son historias de hombres, a pesar de que en la de Tarantino esté Jennifer Jason Leigh.

La primera es una gran película, larga, pero enorme. Un gran casting, unos grandes diálogos y un gran montaje marca de la casa. Me reí bastante.

Aunque el frío y la nieve está muy presente en la película de Tarantino, los personajes enseguida se meten en una fonda/cabaña para pasar la noche, lo que convierte la película casi en una obra de teatro, todos los personajes en un mismo espacio cerrado y como dice el título cada uno peor que el anterior.

En cambio, en la de Iñárritu, el paisaje es fundamental, madre mía que vistas, que fotografía. La nieve y el frío es algo tan presente que casi pasé frío al verla, igual me pasó con Nadie quiere la noche de Isabel Coixet. Y la historia me cautivó, ese amor por la naturaleza, por los indios, por la quietud, me recordó a Dersu Uzala.

La película dura 10 minutos menos que la de Tarantino (167 min), pero no quitaría ni una coma. A pesar de que no tiene demasiados diálogos, pasan bastantes cosas a lo largo de esos 157 minutos de metraje. Di Caprio está que se sale, como en muchas de sus últimas películas, como no gane el Óscar, será de traca, por que precisamente su actuación en pura, pocos diálogos, y mucha actuación con el cuerpo, con los ojos, con los gestos. No es el único que se sale, su antagonista también lo da todo para que no le tengas ningún aprecio.

En definitiva, hoy es un día triste para la literatura estadounidense, pero también es un día como otro cualquiera perfecto para ir al cine y evadirse con Tarantino y sus Odiosos ocho o disfrutar de la película del momento El renacido.

lunes, 8 de febrero de 2016


Uno de mis placeres en la vida es la tipografía, me encanta, las letras, las imprentas, su historia, su diseño, lo tipos móviles y todo lo relacionado con ese mundo. Tanto que las letras que enmarcan este humilde blog, han sido creadas ex profeso por mí.
Así que el pasado domingo, fui por primera vez a la imprenta municipal de Madrid. La sede se encuentra entre Sol, Tirso de Molina y La Latina, vamos en el meollo. Tiene un amplio horario y encima es gratuito, ¿qué más se puede pedir?

Fui con una amiga a ver la exposición de Tipometrías (Elogio de la Lengua Española y las Artes del Libro) y la verdad es que me encantó. El uso de las maderas de colores junto con los tipos móviles para ir homenajeando los diferentes aspectos no solo de nuestra lengua, sino también de la historia de la imprenta, resulta francamente interesante. Recomiendo su visita, no solo a amantes de la tipografía, sino también a cualquier persona interesada en el arte. Muchas de las composiciones es arte abstracto puro y duro, como podemos observar en la foto de arriba.

Uno de los aspectos que más me llamó la atención fue las imágenes sobre los tipos móviles de China, impresionante. Tendréis que ir a verla para que sepáis de que estoy hablando.
La exposición está hasta el 3 de abril.

jueves, 4 de febrero de 2016

Bueno, ha llegado el día en el que tras muchos años de insistencia de mi hermano, he abierto mi propio blog. Siempre fui bastante reacia, ya que pensaba que no tenía nada que decir, pero creo siempre hay algo que decir.

Espero que el blog tenga por lo menos algún que otro seguidor y si no, por lo menos, me sirve como desahogo creativo y recupero mi pasión perdida que es la escritura y de paso pongo en práctica mi carrera de periodismo, parece que salimos todos ganando. Ya veremos.

La intención del blog es ir contando mis placeres de vivir, espero que por mucho tiempo.