sábado, 19 de noviembre de 2016

Madrid surfea por una noche

El pasado miércoles 16 por la noche, la abarrotada sala del Teatro Barceló, esperaba a que los californianos Allah-Las hiciera acto de presencia. A pesar de habernos enviado un cambio de horario los de Ticketea, la puntualidad no fue lo suyo. Sobre las 21:40, salieron al escenario y empezó un concierto corto y en esencia tranquilo.

Allah-Las es una banda que tiene tanto canciones instrumentales como cantadas, y eso puede que fuese uno de los hándicaps de la velada, es cierto que el último disco es más pausado que los anteriores y no nos engañemos no es una banda punk, pero si es una banda para bailar, aunque es muy agradecida para escuchar en casa o en el trabajo mientras haces otras cosas. 
La gente sobretodo los que estaban más cerca de la barra de atrás, quería ritmo, bailar y reventar la sala para celebrar por todo lo alto el último concierto de la gira europea.
Pero se hizo esperar, a pesar de tocar uno de sus grandes himnos (Had it all) del pasado disco Worship the sun a la segunda de cambio, el concierto no acababa de arrancar. La gente estaba fría, les miraba pero no interactuaban, no había química entre ellos y el público y eso provocó que cierta parte del público hablase. Algo bien molesto la verdad, desde atrás no se oía muy bien cuando ellos hablaban y menos si desde atrás solo se escuchaba un perpetuo murmullo. La verdad nunca lo entenderé…

Aún así, fueron pillando el ritmo al ir entregando al público las canciones más movidas y más conocidas de su repertorio. Los problemillas que tuvieron en un par de canciones los fueron acercando poco a poco al público, así como comprobar que son un grupo bastante versátil, donde algunas canciones son cantadas por el baterista (que de tanto en tanto se ponía un gorro de lana en la cabeza, con el calor que allí hacía, la verdad es que son ganas) o el intercambio de instrumentos entre todos, menos el de los teclados.

Al final del concierto cuando tocaron Catamaran, hubo un estallido de locura cuando gran parte de las primeras filas se subieron al escenario para bailar mientras ellos tocaban. Al principio era unos pocos chavales, pero de repente aquello perdió toda proporción y empezaron a subirse todo hijo de vecino, para desesperación de los de seguridad. El grupo no pareció molestarse en ningún momento, ellos siguieron a lo suyo, pero cuando un grupo de chavales te da palmaditas en la espalda mientras tocas o se hace un selfie pues como que es un poquito molesto, creo yo. Al final, los de seguridad bajaron a unos cuantos, pero dejaron sobre el escenario a unos pocos para dar color al colofón final de la noche. 

No, nos lo podíamos creer, ni una hora habían tocado y ya se querían ir, ni de coña. Volvieron a salir y tocaron unas cuantas entre ellas la adictiva Every Girl, con la que cerraron el concierto. Se despidieron a lo grande, con la gente entregada al fin a su causa y agradeciendo a toda Europa por la gran gira que el miércoles despedían en la sala madrileña.

Personalmente, me gustó el concierto, pero hubiese preferido que hubiese sido al aire libre y en verano para no cargar con el abrigo y la bufanda, pero una de las muchas cosas buenas que tienen estos chavales, es que su música te traslada a esas adoradas época veraniegas.




domingo, 6 de noviembre de 2016

Capricho de Santiago

Anoche, Novedades Carminha lo petaron en Oviedo en una doble sesión demoledora e incendiaria, en una noche lluviosa y fría de noviembre.

Tenía muchas ganas de verlos, tras haberlos escuchado en algunos directos en radio 3, y la verdad es que no defraudan nada. Tuvieron sold out en los dos pases que ofrecieron y aunque la sala no es muy grande, eso no importa cuando las entradas volaron para ambos conciertos.

Sobre las 22:35 la banda subió de nuevo al escenario para empezar el segundo pase. Comenzaron si no recuerdo mal con Que dios reparta fuerte, y vaya si repartieron, entre un público bastante joven que no perdonaba ningún pogo, jaleado en un par de ocasiones por el propio Carlangas que se bajó del escenario para animar aún más el cotarro. 

Encadenaban canciones como si un tiovivo de diversión se tratara, al más puro estilo punk. Todos bailábamos y sudábamos, hacía muchísimo calor ahí abajo, pero mereció la pena cada minuto en esa sauna. Son uno de los mejores directos del panorama actual. 

Sobretodo tocaron canciones de su último álbum Campeones del mundo, pero sin olvidar Juventud infinita, Jódete y baila e incluso como colofón final versionaron Demolición de Los Saicos.

No fue un concierto largo, pero sí que fue rápido sudoroso y divertido. Los chavales se entregan a la causa, bailando y sudando como los que más. Me encantó su rollo desenfadado, como el del teclista que tocaba con la mano derecha mientras que en la izquierda aguantaba su copa, o el punto Joe Strummer del bajista. 

En serio, si tienen la oportunidad de ir a verles, no se lo piensen mucho que las entradas vuelan.












martes, 1 de noviembre de 2016

Recuerdos de adolescencia

Ayer por la tarde fui al cine a ver el documental de Oasis y me encantó y aquí podríamos terminar la crítica y la entrada a este blog. Pero fue algo más, fue un viaje a mi adolescencia pura y dura, y creo que también lo fue para los allí presentes. Ya que la edad media rondaría los treinta y tantos. Todos conocimos a la banda siendo unos tiernos adolescentes de una ciudad mediana del norte de España y aquella banda nos voló la cabeza.

Recuerdo que en octubre del 1998 tocaron en Madrid, y yo les pedí permiso a mis padres para ir, y para mi sorpresa me dijeron que sí. Contaba con la ventaja de que mis hermanas vivían allí. Fui la envidia de todo mi curso, todo el mundo sabía que había ido al concierto de Oasis.

Pero volviendo al documental, el director Mat Whitecross, muestra a través de vídeos, fotografías y las propias voces de los protagonistas la historia de este grupo que marcó un antes y un después en la música de mediados de los 90. Estos chicos "malos" de un barrio obrero de Manchester lo único que querían era ganar pasta para comprarle ropa bonita a su madre. 
Esa imagen de enfant terrible de la industria musical, se la ganaron a pulso como podemos ver en el documental, pero también podemos descubrir un punto de vista más cercano gracias a las palabras de su madre y las imágenes de su infancia.

El cartel promocional del documental muestra diferentes citas de periódicos y revistas especializadas sobre la grandeza de la cinta y como siempre me parecen exageradas, y por lo tanto no les di mucha importancia, pero en realidad estoy bastante de acuerdo con ellas. La película es muy entretenida, así que vayan corriendo a su cine más cercano por que si sois o fuisteis fans de la banda, no os la podéis perder.