sábado, 29 de octubre de 2016

Mañana cultural

Desde que me he mudado a Asturias he decidido los fines de semana hacer visitas culturales, uno para tener algo que hacer y dos para salir de mi confortable casa. La falta de amistades y la ausencia de coche me hace indispensable el uso de la tarjeta de la CTA (Consorcio de Transportes de Asturias), que me da mucha movilidad por las tres grandes ciudades del Principado, pareciendo más una gran ciudad.

Así que con esta premisa me levanté hoy y me fui a la estación de autobuses de Oviedo. Hacía una mañana espléndida, el cielo despejado y aire fresco para este último fin de semana de octubre. Llegué un poco pronto a la estación, pero bueno, todavía no tengo pillados los tiempos. 

Llegó el autobús y pusimos rumbo a Avilés, a medida que nos acercábamos, la niebla era cada vez más cerrada, así que me quité las gafas de sol, por inútiles.

Una vez en Avilés, fui caminando hasta el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, acababa más o menos de abrir sus puertas y aquello estaba prácticamente vacío. Fui hasta la taquilla y me compré la entrada para la exposición (3€).

La exposición de Masao Yamamoto Small things in silence, es una pequeña muestra de la obra fotográfica del autor amante de las cosas pequeñas. No solo las imágenes fotografiadas son pequeñas, también el soporte de las misma que hace que el espectador se acerque a las imágenes intentando reconocer en algunos casos lo fotografiado. Es una muestra muy interesante, la capacidad de Yamamoto de captar algunos momentos difíciles de ver por el ojo humano, hace que su obra sea curiosa. 

Me gustaron varias de sus fotografías, todas las relacionadas con el agua, pero especialmente esta que muestro a continuación.
 
Yamamoto pudo captar justo ese momento de paz del animal en el agua, una imagen muy tranquilizadora.

Y por último me gustaría mencionar un bloque de fotos que hay hacia el final de la exposición, son totalmente distintas a las anteriores, no solo en formato, si no también en que las imágenes son grandes y crean juegos visuales con piedras y lo que en algunas fotos me pareció raíces de árboles.
Me gustó mucho la exposición y realmente la recomiendo, hay tiempo de sobra, ya que termina el 8 de enero. 

Así que si os apetece sumergiros en estas pequeñas fotos, ya sabéis donde ir.

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