martes, 21 de junio de 2016

Primavera Sound

(Tercera tanda)

Ya estamos en la tercera jornada de este gran festival, ya estamos cerca de terminar la crónica de lo que viví en mi primer y espero que no último, Primavera Sound. 

Igual que el día anterior quería llegar pronto para disfrutar del concierto de Joana Serrat y en esta ocasión lo conseguí, sin problemas. Así que llegué y me senté en las gradas del escenario Ray-Ban. Había hecho un día tormentoso, con la amenaza de lluvia todo el rato, pero como mucho cayeron cuatro gotas. A pesar de ese ambiente cargado, en el concierto de Joana, lucía el sol y los allí presentes (muchos padres con sus hijos y sus enormes cascos), pudimos disfrutar de un gran concierto, a ratos tranqui y a ratos más movido para comenzar la última jornada con ganas de darlo todo. Y así fue, tras el concierto de Joana Serrat, me fui a ver a Wild Nothing en el escenario Heineken, en la otra punta del festival. ¡Increíble ya había gente cogiendo sitio para una de las atracciones de la tarde-noche, Brian Wilson y su Pet Sounds! Pero bueno, no adelantemos acontecimientos. Todavía son las 18:00 de la tarde. La verdad es que Wild Nothing no estuvieron mal, son un grupo más de pop inglés, no me dejaron especial huella, la verdad. Por lo que les siguieron después, sí que lo hicieron. Y esos fueron Manel.

He de decir que me gustan mucho estos chicos, pero en disco son mucho más tranquilos que en directo, donde dan una caña que no me esperaba la verdad. En el escenario H&M, puede que estuviesemos todos los no extranjeros del festival. Empezaron fuerte y tocaron tanto temas de su último album como grandes clásicos y todos coreamos. Reconozco que en algunas no coree, por que todavía no me sé todas las letras a pies juntillas. Pero el concierto de Manel fue una fiesta que no me esperaba y que me encantó.

Tras el subidón de Manel, decidí sentarme y descansar un pelín mientras veía en la distancia y a través de las pantallas el concierto de Brian Wilson. No iba a ver mucho, quería hacer tiempor para ir a ver a mi adorado Richard Hawley.  Si no recuerdo mal, Wilson incluso empezó antes de tiempo y lo hizo con un clásico no solo de los Beach Boys, sino del pop en general Wouldn't It Be Nice. La gente empezó a llegar saltando y corriendo por el momento histórico que se estaban perdiendo. Tras lo cual, lo que no somos demasiado conocedores de las gracias de ese disco icónoco del pop, nos fuimos hacia otros derroteros. Eso, sí, a lo tonto yo ya es la segunda vez que le veo. Hace años en un FIB, tocando su disco Smile, entonces sí que me quedé.

Pero volvamos a lo que nos toca, mientras dejaba a mi espalda a Brian Wilson y a su banda, aunque parecía una orquesta en plan big band, me dirijí hacia el escenario Ray-Ban. Todavía no había mucha gente, lo cual me vino de perlas para acercarme a las primeras filas y desde allí pod disfrutar de uno de mis imprescindibles en esta edición. Su concierto fue corto, pero intenso, no se anduvo con chiquitas y tocó tanto canciones de su último disco, como Which Way como clasicazos de toda la vida como Tonight the Streets Are Ours. Ni siquera hizo su clásica broma a la hora de presentar a la banda, eso sí, tuvo un percance en la última canción There's a Storm Comin', él empezó a cantar me no oía el piano, he hizo la broma que bueno, ha sido un placer, adios. Y mietras arreglablan el tema del sonido, se volvió a despedir intentando repetir palabra por palabra, lo cual no consiguió cien por cien. Pero, dio, igual, como siempre hizo un gran concierto y tanto si eres una incondicional como yo, como si era el descubrimiento de la noche, su voz, sus canciones y su arte en el escenario te habrán conquistado para siempre. Toque curioso, como comenté antes, hacía un día tormentoso y mientras Richard cantaba a esa posible tormenta acercándose, yo pensaba, no por favor, que no llueva que no me he cogido el chubasquero.

Al final la tormenta anunciada por Richard, no llegó, y salí del concierto con una sonrisa de oreja a oreja tras volverle a ver en directo, siempre es un placer escuharle. Mientras iba saboreando el concierto, me dirijí de nuevo sl escenario H&M para ver a Deerhunter. Tenía muchas ganas de verlos, ya que uno de sus discos me encanta. Así que me fui metiendo entre la gente para pillar un sitio medio decente, no me fui difícil encontrar uno y allí me quedé. Reconozco que los momentos en los que más disfruté fue cuando tocaron las canciones que conozco, pero también disfruté las que no. Me gustaron, eso sí, ¿el cantante come?, porque madre mía que delgado es y con ese sombrero enorme, parecía todavía más delgado.

Pero como bien dijo el cantante de Deerhunter, era sábado noche y había que difrutarla como si no hubiera mañana y que mejor que hacerlo con el plato fuerte de la noche que era PJ Harvey. Hacía bochorno, había intentado caer alhgunas gotas en el concierto anterior, me no fue a más. Cosa que agradecí por que hubiera sido un coñazo si hubiese llovido, no solo por que te mojas, si no también que en donde me hubiera sentado a descansar. Pero el bochorno del mediterráneo como luego comprobé no me sienta nada bien. PJ Harwey tocaba en el escenario Heineken y en esta ocasión estaba más cerca que en el concierto de Radiohead, pero no super cerca. Veía el escenario perfectamente y las pantallas, había gente a mi alrededor, pero no agobiante. Y el concierto empezó, puntual y solemne. Salieron los músico tocando tambores, trompetas y otros isntrumentos de viento. Todos vestidos de negro, todos hombre menos PJ, ubicada justo en el centro tocando como uno más. Al rato se dirijió al micro y comezó a cantar. Con unestilismo extraño y unos pseudo bailes, PJ Harwey nos conquistó. Presentaba su último y combativo disco y nos noqueó, tanto que con el calor prácticamente me desmayé. Me dio una bajada de azúcar y por mi sana costumbre dr llevar siempre un caramelo encima, me lo tomė antes de desmayarme en mitad del gentío, eso sí, cuando empecé a salir de allí, perdí un poco la visón y los allí presentes fueron muy amables, me abanicaron, me dieron agua, mientras yo me reponía del susto sentada en el suelo. No fue una experiencia agradable, pero he de decir que los desconocidos que me ayudaron fueron muy amables y ya recuperada se lo agradecī y desde aquí sigo haciéndolo. Gracias. Tras el susto todavīa quedaba concierto que disfruté mucho más si cabe que antes del desmayo. Conciertazo, con y sin desmayo.

Tras lo cual, una vez terminado y sin ningún concierto en concreto a la vista, decidí que lo más sensato era ir a cenar y mientras cenaba escuchaba el concierto de Sigur Rós, de los cuales no soy muy fan por que me aburren un poco, no les he pillado el punto. Para tenerlos de fondo mientras cenaba, pues muy bien, es un puntazo, pero tras la cena, fui a mirar y no me motivaron nada, aunque el espectáculo en el escenario con su toque épico tenía buena pinta.

Tenía un poco de tiempo muerto hasta el concierto de Julia Holter, de la cual tampoco soy muy fan, por que no la conozco mucho, pero las canciones que había escuchado de ella, me habían molado lo suficiente como para acercarme a su concierto. Cuando llegué acababa de empezar, mi primera intención fue verlo de pie, pero su música es bastante tranqui, lo cual el cuerpo me pedía sentarme. Cosa bastante complicada en las gradas, así al suelo volví. En general me gustó el concierto, pero para esas horas de la noche en un festival, lo veía demasiado tranquilo. Pero no hay mal que por bien no venga, por que descansé, de mi noche movidita y me abrigué.

Finalizado el concierto de Julia Holter comenzaba en el escenario Heineken, Moderat, de los cuales no tengo ninguna referencia, pero he leído que el concierto estuvo brutal y por otro lado, en el escenario Primavera tocaba Ty Segall and The Muggers, concierto al que fui. No es que se muy fan de este hombre, pero las cosas que he visto y he escuhado me molaron lo suficiente como para decantarme por esta opción y no me arrepiento para nada. Su concierto fue una locura, había claramente dos públicos, los incodicionales que hacían pogo y se subian a sus manos para 'surfear' entre las primeras filas y lo que incondicionales o no, estabamos prudentemente alejados del mogollón. Hay que tener en cuenta que el escenario Primavera no es muy grande, así, todo era a pequeña escala. Todo el concierto fue potente y movido, el cantante se tiraba al público una y otra vez, gritaba, saltaba, se ponía la máscara para cantar y hacer el canelo de forma continua. Tanto fue asī que hubo un momento que pidió a los de seguridad que le dieran el micro a uno de los de la primera fila y ahí fue donde comenzó la parte más bizarra del concierto, pero también una de las más divertidas. El chico cogió el micro y continuó como si fuera el mismísimo Ty, el cual había abandonado momentaneamente el escenario. Cuando volvió, le dijo al chaval que se subiese él al escenario y Ty se quedaba abajo como un espectador más. Y dicho y hecho, el chaval casi de un brico subió al escenario, pidió la máscara de Ty y siguió gritando, tirándose por el suelo e interactuando con el resto de los músico, los cuales estaba flipando un poco, la verdad. También fue un puntazo ver a Ty Segall en primera fila haciendo de fan con ese mono azul de obrero.

La verdad es que se me hizo un poco largo esto, por que Ty Segall se reunió con el fan en el escenario y siguieron durante un rato más alargando el asunto. Lo cual se comió gran parte del concierto. Pero el momentazo que todos vivimos y sobretodo el chaval, está claro que es uno de los grandes momentos del festival. Al final como todo, el concierto lleguó a su fin, pero tras la insistencia del público, tocaron un tema más y salimos del escenario Primavera sabiendo que Ty Segall es un grande.

Eran prácticamente las tres de la mañana y no quería irme sin dar una última vuelta para despedirme, sabiendo que había escenarios y parte del recinto al cual no había entrado en los tres días. Así que me fui hacia el escenario Pitchfork a ver que se cocía, ya que los escenarios Heineken y H&M, ya habían bajado el telón por esta edición. En el Pitchfork me encontré a Roosevelt con su bailonga música y allí bailé mis últimos pasos festivaleros.

Como cierre solo quiero comentar que me sorprende que la pulsera no me diese acceso a todos los escenarios. Al Auditori podía asistir haciendo cola hasta completar aforo, ya que el grueso de las entradas se adquirian si te habīas comprado una versión VIP de la entrada, mientras que en el escenario Heineken Hidden Stage, tenías que ir a las 16:00 de la tarde para pillar la entrada para ese escenario y llegado el momento, hacer cola para entrar. Sinceramente no me parece ni justo ni cómodo, porque no he visto grupos que quería ver por que el hecho de hacer cola me impedia de disfrutar de otros conciertos, como me pasó con Suede. En el caso del Hidden Stage, me quitó bastante las ganas de intentarlo, no solo el hecho de intentar pillar las entradas a las 16:00 de la tarde, sino que el día anterior había visto una cola enorme para entrar, mientras podías estar disfrutando o descubriendo cualquiera de los grupos del cartel.

Por lo demás no tengo queja alguna, me ha encantado asistir al Primavera Sound, espero repetir.

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