martes, 17 de julio de 2018

Mi experiencia en MadCool 2018. Segunda parte

Como apuntaba ayer, la primera jornada comenzaba algo accidentada por la cuestión de las colas tanto para canjear las entradas como para pedir en barra. Pero musicalmente era una jornada para recordar.
Mi jornada empezaba con el tempranero concierto de Eels con un sol todavía de justicia a las 19:20 de la tarde en el Escenario Madrid Te Abraza, las pantallas no se veían y Mr. E era un punto lejano, pero a pesar de eso fue un gran concierto. Las tres primeras canciones me las perdí por que estaba en una barra intentando pedir una cerveza, pero con el sonido tan bueno que tenía parecía que estaba en primera fila. Algo es algo. Eels venían a Madrid a presentar su último álbum The Deconstruction, aunque como estaba previsto también se tocaron grandes éxitos ligeramente diferentes al disco como "I like Birds". Pero una hora se me hizo muy corta para lo payasete que está últimamente Mr. E.

Después estaba entre Leon Bridges y Fleet Foxes, ganaron los de Seattle. Las verdad es que tenía mucho interés en ver a estos últimos ya que el día antes habían tocado en Gijón y un amigo había ido y le había encantado. Tenía que verles en directo para apreciar y disfrutar de su indie folk con clara predominancia de armonía vocales que podría ser escuchada perfectamente en una iglesia. Sentada a la derecha del escenario y meciéndome por el atardecer y la música, fue una experiencia muy placentera. Tocaron durante una hora entre otras:"Mykonos" del EP de hace 10 años Sun Giant,  la pegadiza "If you need to, keep time on me" de su último disco Crack-up, la canción por la que yo creo la mayoría les conocimos "White Winter Hymnal" de su disco homónimo de 2008.


Les tocaba el turno a Tame Impala y allí estaba la mayoría de los asistentes, empezaron con una potente obra visual que unía las pantallas con la pantalla central que estaba sobre ellos en el escenario. Si no recuerdo mal empezaron con el primer tema de su último disco "Let it happen", tema muy bailable que puso las pilas a los allí presentes desde el primer momento mostrando las cartas a la primera de cambio. Contaron que hacía tiempo que no salían de gira y dieron un espectáculo digno de su psicodelia bailable. Como su concierto coincidía con el mítico grupo Yo la tengo, les fui a echar un ojillo al escenario Koko que se encontraba a la entrada del recinto. No es que sea yo muy fan de esta banda, pero hay algunas canciones que me molan y ya que estaban, pues me pasé. Cuando llegué vi que no había demasiada cola para la comida y aproveché para cenar teniendo de fondo a Yo la tengo, la verdad no fue un mal plan.

A las 23:20 llegó la hora de grupo de la noche y casi diría del festival Pearl Jam. Cogí sitio un poquito atrás, hace años que no me pongo delante y además con el sonido y la calidad de las pantallas  creo que vi el concierto genial, pudiendo disfrutarlo más que si estoy más pendiente de los de alrededor. A pesar de estar un poco lejos el ambiente era brutal, la gente prácticamente no se movía ni a por una cerveza, estábamos tan entregados como el carismático Eddie Vedder que hacía sus pinitos con el español gracias a una chuleta con letras enormes. Fueron dos horas de maravilloso concierto se podría dividir el concierto en dos partes o por lo menos así fue en la realización, al principio las pantallas estaban en blanco y negro dando mucho juego a los contrastes de luces y sombras y en la segunda parte ya estaba el color para tocar los grandes éxitos de la banda que son muchos ya que llevan desde los 90 tocando. Para mi fueron uno de los grandes conciertos de la noche y diría también del festival, que a pesar de no conocer al dedillo toda su discografía algunas de sus clásicas canciones me recuerdan a mi tierna adolescencia, y esto es como el primer amor, que siempre se recuerda con cariño.

Tras Pearl Jam muchos de los asistentes marcharon, hay que tener en cuenta que era jueves y algunos trabajaban al día siguiente. No fue mi caso, que me quedé para disfrutar de mis queridos Kasabian, que empezaron fuertes con "III Ray (The King)" de su último disco For crying out load, poniendo desde el minuto uno a la gente a bailar, fui metiéndome poco a poco entre el público para terminar más o menos en la mitad y ya allí comenzó su segundo tema todo un himno para sus seguidores "Underdog". Como ya he apuntado ante el sonido era muy bueno, pero en las dos primeras canciones de Kasabian, no sé si por que el cantante Tom Meighan canta muy pegado al micrófono o por qué había partes que no se oían. También en esta canción hay trozos que ha de cantar el público, prácticamente no se oían esas estrofas, no sé si por que a lo mejor yo no estaba tan cerca como creía o  yo qué sé, pero lo cierto es que a medida que el concierto avanzaba esos problemillas se fueron disipando. Y les quedó un concierto muy bailable donde fueron desgranando grandes éxitos junto a las maravillosas canciones del nuevo álbum. Como colofón final se marcaron un "Fire" en el que pidieron al público que se agachase para dar el último salto final todos juntos.

Ya eran prácticamente las 3 de la madrugada y corría un airín por Valdebebas, ya me quedaba poco por ver y me dirigí hacia el escenario Koko para ver el final del concierto de Japandroids, los cuáles descubrí cuando me cree una lista en Spotify con el cartel del festival. Estaban dándolo todo ante un público mucho más reducido que los grandes cabezas de cartel, pero no por ello menos entregados. Daba gusto verles tocar y disfrutar y eso es contagioso.

Y ya para rematar me fui a ver MGMT, no sé como estaban las primeras filas, pero por detrás había gente sentada, tumbada, bailando, vamos había bastante variedad. El escenario tenía como un muñeco gigante y había mucho color, en las pantallas proyectaban imágenes de muchos colores. Yo sinceramente solo conozco dos canciones de ellos la archiconocida "Kids" y "Electric Feel" con la suerte de que cuando llegué empezaba la última a sonar y la siguiente fue "Kids", así que se me dio bien la última banda de la jornada.



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